Las cuatro estaciones… del ser humano.
-La primavera. Nacemos como un brotes más de la naturaleza, y como ellos… la calidad del terreno, la climatología y diferentes imprevistos condicionará nuestro desarrollo físico y mental.
– El verano. Marca nuestro pleno desarrollo.
-El otoño. Es el momento de ir recogiendo y disfrutando de los frutos.
-El invierno. Es a la vez la muerte y la preparación al renacimiento.
De hecho no hay cuatro estaciones, todas forman parte de un gran ciclo interminable… o más bien de una hermosa espiral que nos va elevando en conocimiento.
El último día de la primavera no es diferente del primero del verano.
Me centro en el otoño.
En la naturaleza el otoño es el momento de recoger los frutos y disfrutarlos… no todos los humanos saben/ pueden disfrutarlos.
Es el momento del balance… comprobar si se han cumplido y en que medida nuestros objetivos vitales.
El otoño, en el aspecto del balance es muy importante, aun podemos rectificar, si no nos sentimos satisfechos, El pasado no puede cambiarse, pero el futuro está por escribir.
Disfrutan, los más afortunados, de todo su tiempo, la esclavitud del trabajo a terminado.
¿Qué hacemos con nuestro tiempo, recursos y condicionantes varios?
Algunas personas se han centrado en trabajar… y no saben como llenar sus horas.
Otras, más afortunadas, si saben y se sienten felices por como transcurre su tiempo.
Otras llenan sus días con diferentes actividades: deportes, viajes, aficiones…
Otras se van recluyendo, bien por salud, escasos ingresos o apatía.
En nuestra sociedad la dificultad radica en el disfrute… que va ligada al objetivo vital.
Todas nos enfrentamos, un día u otro, a la pregunta de si estamos satisfechos con nuestras vidas . Algunas se la hacen cuando pueden mejorar su situación… otras cuando solo les queda lamentarse.
¿Hasta ahora he vivido o sobrevivido? y ahora, que se supone recogemos los frutos de toda nuestra vida… ¿Vivo o sobrevivo? Hay mucha diferencia entre llenar nuestras horas o vivirlas.
Sobrevivir no satisface, no nos ilusiona… necesitamos llenar las horas para no pensar mucho e ir avanzando hasta que nos llegue el invierno.
Vivir es diferente. Vivir es ilusión, saborear nuestro tiempo, crear… lo que sea, enfrentar retos, gozar de la compañía de nuestros seres queridos… haber conseguido aceptarnos, sentirnos en paz y serenos… que no significa no sentir alegrías y tristezas, enfermedades o disfrutar de buena salud y poseer los recursos necesarios o no.
Sobrevivir o vivir no dependen de nuestras circunstancias, dependen de nuestra actitud. De si nos valoramos, amamos y respetamos. De si nos hemos rendido o continuamos en pie.
Hasta que no llega el final del invierno disponemos de tiempo para pasar de un estado al otro… porqué el camino va en las dos direcciones.
Sea cual sea tu decisión… recuerda que en todo momento lo has hecho lo mejor que has podido. No te recrimines.
A cada invierno le sigue una nueva primavera.
El nuevo brote lleva impreso todo lo ya aprendido.
La Vida no es un circulo. La Vida es una hermosa espiral, que nos va elevando , cada uno a su ritmo, hasta el pleno conocimiento.
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