Cuando reconocemos nuestra ignorancia y nuestras limitaciones… nos sentimos vulnerables, débiles.
No es eso lo que sienten las personas que han alcanzado un cierto grado de sabiduría.
Ser conscientes de nuestras limitaciones significa que estamos más seguros de lo que esta contenido en estos limites.
Hoy dia se han vuelto mas accesibles, para muchos, el conocimiento de nuestro cuerpo y mente… que en cualquier época pasada que conozcamos. No necesitamos pasarnos toda la vida ganando experiencia para ser capaces de dialogar con nosotros mismos.
En el pasado, abrirse al inconsciente, reconocer el propio yo, se consideraba pecado. Hoy en día gozamos de más permisividad cultural para ser osados en lo que a sentimientos se refiere. ya no necesitamos escondernos tanto de nosotros mismos, de los demás y de los dioses… aunque esto nos deja mas solos. Estamos creando algo que lleva nuestro sello en lugar de limitarnos a la tradición y a las normas.
La elevación de la conciencia, a pesar de la sensación de vulnerabilidad que la acompaña, nos permite prestar atención a la experiencia sensorial, al silencio y a los sonidos del entorno. La sensibilidad abre nuestra mente para que podamos alcanzar la sabiduría.
El encuentro entre el mundo interior y el exterior conduce a un estado de sabiduría. El proceso consiste en tomar conciencia lentamente de los murmullos internos. Un único vínculo o una revelación no da lugar a una nueva forma de entender las cosas, pero varios pequeños pasos inician el proceso para llegar a ella.