La ternura es la expresión más serena, bella y firme del amor. Es el respeto, el reconocimiento y el cariño expresado en la caricia, en el detalle sutil, en el regalo inesperado, en la mirada cómplice o en el abrazo entregado y sincero.
19 de marzo 2006
diario el pais
Necesitamos toneladas de ternura.
Necesitamos expresar la ternura que sentimos.
Necesitamos recibir la ternura que provocamos.
Cuando te ofrecen ternura… o la ofreces, y es rechazada, duele por ambos lados.
Es tan importante dar como recibir.
Quien la rechaza manifiesta un grave problema emocional. Quien es rechazado se siente frustrado.
Como tenemos soluciones milagrosas para todo, también le hemos puesto remedio a esto. Amate a ti mismo, date toda la ternura que te mereces… y listo.
Y si, es muy importante amarse a uno mismo y darse toda la ternura que se quiera. Pero es triste.
Es mucho más gratificante compartir.
Creo que kilos y kilos de ternura pueden sanar corazones dañados.
El rechazo a la ternura, puede ser miedo o carencia.
Emilio Carrillo, en una de sus charlas, me dio que pensar con las relaciones de usar y tirar.
El enfoque que le daba es que, quien tiene a gala este tipo de relaciones, puede deberse a que, en lo más intimo, se valora como poca cosa… y antes de que se le descubra, se marcha.
Quien manifiesta ternura no tiene este problema. Quienes son capaces de dar y recibir ternura, son la gran esperanza de la humanidad.
Es bueno perder el miedo a expresarla… por miedo a ser rechazados. Es bueno esforzarnos en recibirla si nos incomoda.
El dar y recibir… el intercambio de energías sanadoras, es la gran medicina para sanar la soledad, el miedo, las heridas y la falta de autoestima.