La influencia del entorno, y en particular de los medios de comunicación, ha creado un gigantesco mecanismo de influjos que aceleran nuestra mente y a la vez limitan la profundidad de nuestras ideas.
Nuestra imaginación se deteriora a medida que las imágenes electrónicas inundan nuestros sentidos. El tacto, los sentimientos, el olfato, el oído y la memoria se pierden en el estruendo. Intentan manipularnos para pensar y consumir lo que interesa a un determinado grupo para su beneficio. No interesan personas con ideas y criterio propios. Intentan atrofiarnos la conciencia.
Algunas drogas pueden ayudarnos a alcanzar nuestro interior pero se trata de un método momentáneo y auto destructivo. El camino hacia la sabiduría es lento, requiere de tiempo y esfuerzo. Como en la vida material, en nuestro conocimiento interno lo autentico siempre es más difícil de conseguir que las imitaciones.
Estar demasiado ocupado es una de las manera de mantener a raya la información intuitiva. Abrir un espacio para dar cabida a la información que procede del corazón implica abandonar otras actividades. No se trata de pasarse el dia meditando…se trata de guardar unos momentos al dia para nosotros solos. Nada de teléfonos, televisores u otras distracciones. Se trata de escuchar lo que nuestro yo más profundo quiere decirnos. Uno de los síntomas del despertar es la necesidad de este espacio vital.