Por los efectos podemos llegar a la causa que los provocó

Sep 1, 2024

Por los efectos podemos llegar a la causa que los provocó.
Tecnológicamente, hoy día, estamos muy avanzados, para poder llegar a la causa primera.
Pero… anímicamente ya es otro cantar.
Todos arrastramos miedos que nos han condicionado hasta la edad adulta, casi siempre sin ser conscientes de la causa que los provocó.
Esto sucede porqué esta causa primera ocurrió cuando éramos bebes o muy pequeños.
Nacemos sintiendo, no razonando.
Reaccionamos a como nos sentimos, sin saber la causa… y en base a como nos sentimos, vamos estructurando nuestros razonamientos.
Un bebe o niño que no se sintió amado, valorado, cuidado… independientemente de si lo fue o no… graba en su mente esta carencia.
Por ser un ser tan desvalido y dependiente, una carencia es un trauma.
Vamos creciendo, nuestra mente va razonando, estructurando siempre en base a lo que hemos sentido bueno o malo cuando no razonábamos.
Si, un pez que se muerde la cola.
Siento pero no se razonar.. y cuando lo hago, lo hago en base a lo que sentí cuando no sabía razonar.
Nuestra mente tiene grabado, por ejemplo, lo mal que nos sentimos cuando queríamos ser abrazados y no lo obtuvimos. O cuando buscábamos aprobación y recibimos desinterés, burlas o desprecios. O cuando teníamos hambre y no se nos alimento.
Y aprendimos con el tiempo a superar estas carencias… o esto creímos.
Todos sentimos la necesidad de sentirnos amados, la base de toda carencia. Quien nos ama nos cuida, mima, acepta y protege… por tanto el no sentirnos amados es malo, nos provoca dolor. El sentirnos amados nos da seguridad y confianza, es bueno.
Como reaccionamos a esto depende del grado del trauma y de la sensibilidad de cada uno.
El bebe llora. No tiene otro mecanismo para comunicarse… si llorando sus necesidades quedan satisfechas, su mente lo anota como un comportamiento efectivo… y empleara el llanto para conseguir sus fines, indefinidamente en el tiempo. Una variante usada al crecer es el pobre de mi… provocar la lástima.
Si llorando no son satisfechas las necesidades, la mayoría dejará de llorar… no porqué ya no sienta la carencia ni le provoque un trauma, lo hará porque no funciona.
Buscará otros medios para conseguir sus fines.
El niño puede rebelarse a la autoridad… porque no se siente valorado y consigue así que se le preste atención… aunque probablemente reciba un castigo. Dependerá del grado de dolor la resistencia que ejerza… y puede aplicar la rebeldía indefinidamente si no consigue sus fines, como castigo a quien no le da lo que necesita…. y auto castigo a la vez, pues se le suele repetir hasta la saciedad que es un niño malo, y se lo cree. Puede actuar como tirano e irascible en la edad adulta.
Puede probar con conductas que, deduce por los resultados, parece gustan a sus cuidadores… pues se le premia, no se le recrimina. Se le dice que es un niño bueno.
La obediencia suele ser considerada buena porque no conlleva consecuencias dolorosas… aunque no se satisfagan sus necesidades. Con la obediencia aprende a renunciar… y pagará un alto precio por ello. La insatisfacción.
Otras técnicas son: ser inquisidor… preguntar constantemente. Ser reservado… tomar distancia para que sean los demás los que se acerquen.
La finalidad del pobre de mi, del tirano, del reservado y del inquisidor es la misma. Captar la atención.
Cuando captamos la atención nos sentimos fuertes, cuando somos ignorados nos sentimos débiles.
Aplicamos cada una de estas técnicas según sea nuestro interlocutor. Todas denotan sentirnos poco amados… solo que utilizamos técnicas diferentes para expresarlo.
Nuestro cerebro ira archivando sentimientos y reacciones… y actuara instintivamente.
Una vez nos hemos quemado, reaccionamos con rechazo instintivamente al fuego, da igual el grado de lesión sufrido.
El dicho de» gato escaldado del agua fría huye» lo ilustra perfectamente.
De entrada, ante una situación que nos recuerde, aunque sea someramente, el sentimiento primero que nos marcó, nuestro cerebro reaccionará instintivamente. Rechazo o aceptación. Después vendrá el razonamiento.
De ello el » si estas muy enfadado cuenta hasta diez» para tener tiempo de razonar y no solo de reaccionar.
Lógicamente, los adultos, en gran mayoría, estamos sometidos a miedos que desconocemos conscientemente, pero a los que reaccionamos.
Si logramos analizar nuestras reacciones instintivas, podremos llegar a la causa que las causo y sanar la herida.
La psicología puede ayudar a desenredar el hilo.
Hemos de averiguar cual es el miedo que se esconde detrás de nuestras reacciones. Y solemos acabar deduciendo que es miedo a no ser amados… otra vez.
Este miedo es visceral y nos condiciona en todas nuestras relaciones.
Nuestro cerebro es una herramienta que es programada en base a nuestras emociones, para protegernos y guiarnos.
Cuando se nos repite un número elevado de veces algo, lo da por bueno y actúa en consecuencia. Sobre todo es muy sensible a quien imparte la orden… una persona que consideramos de poder, padres o educadores.
Si se nos graba en el cerebro lo de niño bueno… nuestra pauta de conducta tenderá a materializarlo.
Lo mismo ocurrirá con malo, mentiroso, leal, valiente, cobarde, feo, guapo, bajo, alto, gordo, flaco, repelente, simpático, etc. aunque odiemos el calificativo.
Pero también podemos reprogramarnos.
Si se repite un número suficientemente elevado una contraorden, borrará la primera y actuara de acuerdo a la segunda.
¡Podemos superar miedos, por antiguos que sean!
Pero tenemos que averiguar cuales son… y a veces esto nos es imposible.
O no. Nuestro miedo inicial es la falta de amor, el dolor que nos provocó y quienes nos lo provocaron.
Mi padre o madre me provocó mucho dolor, pero también se me grabo en la mente que hay que amar al padre y a la madre por encima de todo… o soy malo.
Mi cerebro decide que, para cumplir la orden he de amar a mi padre o a mi madre… odiaré a los demás hombres o mujeres como arquetipo.
Continuare culpando a mi padre o madre, pero no lo haré de manera consciente.
Podemos reprogramarnos conscientemente en base a este miedo o rencor/ dolor inicial… y con ordenes que encontramos ahora lógicas.
En mi canal de YouTube encontrarás una serie de relajaciones auto hipnóticas gratuitas.
Te dejo el enlace y la relajación que creo más efectiva es la de mayor duración.
Su finalidad es: desprendernos de lo que comprendemos nos daña, pero que somos incapaces de superar cuando estamos sometidos a tensión. Recordar que somos dignos de ser amados. Comprender que todos lo hacemos en todo momento lo mejor que sabemos. Y que quienes nos cuidaron llevaban consigo sus propios traumas en diferentes grados de comprensión y sanación.
Estamos aprendiendo, nadie es perfecto… el amor sana. Confía. El trauma es como una cebolla, llegar hasta su centro requiere ir sacando muchas capas y esto cuesta.
Cursos y terapias de Reiki presenciales y a distancia. Una vez al mes terapia gratuita a distancia.