Quería comprar esperanza, alegria, respeto, amabilidad, solidaridad, fortaleza y sabiduría… pero no he podido. Nadie las vende.
No pueden fabricarse… nacen y se expanden espontáneamente… su cercanía contagia por poco que te despistes.
Se que existen, porque (no en todo momento para mi pesar) las experimento, las comparto y me las comparten.
Y nunca se olvidan.
Quedan entre los recuerdos imborrables, que emergen ante «algo» que los despierta.
La sensación de sentirlas y manifestarlas… porque si se sienten queremos manifestarlas, es: maravillosa, gratificante, esperanzadora y revitalizante.
Si te atenaza el miedo, y, al ir a manifestarlas las reprimes… te sientes muy mal, solo y compungido.
Puedes sentir tanta pena por ti mismo… que la camuflas con rabia o fingida indiferencia.
Todos, deseamos sentirlas e irradiarlas… pero no es cuestión de deseo.
Desear significa querer algo que no poseemos… y todos sabemos que sí las poseemos.
Todo lo que pensamos, todo lo que hacemos… contiene su carga emocional.
Todo lo que manifestamos lleva implícito un grado de ella.
El egoísmo es un grado bajo de generosidad, por ejemplo.
Detrás de cada pensamiento y acción siempre hay un sentimiento, en diferente grado, que los impulsa.
Quédate en silencio… respira lento.
Cierra los ojos… o mantenlos abiertos.
Revive momentos en los que te sentiste realmente bien.
Saboréalos.
Situaciones y personas que creías olvidadas reviven en tu recuerdo.
Por distancia y tiempo que os aleje… estáis por siempre unidos por el sentimiento.
Te darás cuenta de que posees muchos tesoros escondidos, que no recordabas.
Tu verdadera riqueza, lo que vales, es el amor que sientes.
Nuestro cerebro siente lo mismo al vivir cualquier experiencia que al revivirla. ¡Aprovéchalo!
En ninguno de estos momentos felices sentiste miedo ni soledad. Quizá ni sentiste el paso del tiempo… por duras que fueran las circunstancias en ese momento.
La calidez del amor compartido los anula.
Un abrazo, una caricia, una mano,una mirada, un gesto… ternura, gratitud, paz, misericordia, consuelo, fraternidad… os unieron alma con alma, y ahí no existe el tiempo.
El amor, pues es eso lo que hay detrás de cada sentimiento, se manifiesta con una sensación espontanea de bienestar. Es sincero, cálido, luminoso, ligero.
Tu cuerpo y tu mente son las herramientas que utilizas para manifestar tus sentimientos… que son las diferentes manifestaciones de tu esencia.
Ni cuerpo ni mente pueden crearlos, solo manifestarlos.
El porque vivimos lo que vivimos, el porque experimentamos lo que experimentamos… nuestra mente no puede saberlo.
Ella solo obedece.
Al final, en toda experiencia, solo cuenta como nos sentimos con las diferentes decisiones, que por acción u omisión tomamos… y de ellas la mente aprende.
Manifestamos y experimentamos, a través de nuestros cuerpo y mente, el amor … ergo… somos puro amor manifestándose.
Crea lo que crea nuestra mente, no hay errores… solo son experiencias de las que extraemos conclusiones.
Amor es quien dicta las experiencias… como dice la canción de Karina
Solo al final del camino
Las cosas claras verás
La razón de vivir
Y el por qué de mil cosas más
Al mirar hacia atrás
Cuando llegues, comprenderás
Las cosas claras verás
La razón de vivir
Y el por qué de mil cosas más
Al mirar hacia atrás
Cuando llegues, comprenderás
Busca en las cosas sencillas
Y encontrarás la verdad
La verdad es amor
Lo demás déjalo pasar
Solamente el amor
Con el tiempo no morirá
Y encontrarás la verdad
La verdad es amor
Lo demás déjalo pasar
Solamente el amor
Con el tiempo no morirá
Olvida el pasado, pues no volverá
Conserva el amor que hay en ti
Al fin del camino habrá un despertar
De nuevo volver a vivir
De nuevo volver a vivir
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