El propio respeto es un gran bien, es el camino al éxito.
El respeto ajeno, no es tal, si se exige, o se consigue con engaños.
El respeto se gana con las acciones sinceras, se nos da cuando los demás voluntariamente te lo reconocen.
Cuando alguien intenta obligar o manipular para conseguirlo, se esta perdiendo el respeto a si mismo.
Se sabe un fraude, lo acepta, no tiene intención de cambiar… y lo maquilla porque se avergüenza de si mismo.
Es aquello de que » en el pecado lleva la penitencia»
Intentar manipular o someter es un trabajo estresante y agotador.
Siempre pendientes de que nuestro empeño se venga abajo , ser descubiertos y sentirnos rechazados..
Si somos descubiertos podemos: sentirnos avergonzados, humillados, enfadados, fracasados… o rectificar.
El respeto, tanto el ajeno como el propio: se gana, se pierde… y se puede volver a recuperar.
Si lo hemos perdido, quizás no podamos recuperar el ajeno… pero si el propio.
Confía en la bondad ajena, nadie es perfecto. Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Todos buscamos sentirnos bien. Sentirnos apreciados es gratificante, pero no imprescindible.
Es ante nosotros mismos a quienes rendimos cuentas de nuestras acciones y del porqué de las decisiones.
Sentirnos bien, a largo plazo y en soledad… solo lo conseguimos cuando nos respetamos.
Respetarse implica:
Tomar nuestras decisiones respetando el derecho ajeno.
Reconocer nuestros fallos y enmendarlos, somos humanos y estamos aprendiendo.
Amarse… porque quien se ama no se daña ni daña, porque quien se ama respeta y se respeta, porque quien se ama se acepta y acepta, porque quien se ama se siente: humilde, generoso, amable, agradecido, responsable, libre, valiente, es consciente de su ignorancia y se esfuerza por disminuirla… y todo lo hace porque lo siente. Porque ya ha aprendido que se siente mejor consigo mismo actuando así.
Porque ya ha comprendido que nadie, ni el mismo, puede quitarle el derecho de amarse.
Solo podemos amar si primero nos amamos, nadie puede dar algo si no lo tiene.
Agradece todo el amor que recibes, amar y ser amado no conlleva ninguna servidumbre y es gratis.
Amarse a quien más beneficia es a uno mismo.
No busques el reconocimiento ajeno, por más gratificante, si es bueno, que sea. Este reconocimiento depende de las apreciaciones ajenas.
Cuando te amas plenamente: el mundo se ilumina, dejas de sentirte perdido, tu vida tiene sentido, sientes serenidad plenitud, ternura y alegria, deseas compartir, superas el miedo a la muerte, se trasciende la ilusión del cuerpo y la mente.
Aquí estamos, aprendiendo a amarnos plenamente, cuanto más aprendemos más disfrutamos de los beneficios.
Da igual lo largo y duro que nos parezca, y el tiempo que empleemos, siempre acabamos amándonos plenamente.
El amor hermana, todos somos el mismo amor manifestándose.
La vida es un maravilloso espectáculo, donde caben todos los grados de todos los sentimientos y emociones, en explosiones multisensoriales… fíjate en ti mismo, en las batallas que se libran en tu interior… como pasas de un extremo al otro, como te ilusionas y desesperas, como disfrutas y lamentas, enorgulleces y avergüenzas… y como, con el paso del tiempo, te serenas, escoges lo que de verás deseas… y acabas amándote plenamente.
Te agradeceré comentes mis reflexiones, juntos aprendemos, muchas gracias por tu atención.
Cursos y terapias de Reiki presenciales y a distancia. Terapias gratuitas a distancia una vez al mes