¿Es beneficioso para nuestro bien estar, nuestra armonía y paz interior, acumular rencor, rabia e impotencia?
Dominar nuestras emociones nos ayuda a vencer nuestras dificultades. Sucumbir a ellas, es ser como el tronco al que arrastran las corrientes de las aguas y esta completamente a su merced.
Cuantas veces al sentir rencor, rabia e impotencia y dejarnos arrastras por estas emociones…con él tiempo comprendemos que quizás hasta nos hemos vengado…pero también nos hemos herido.
A lo largo de nuestra vida nos enfrentamos a diferentes situaciones que nos impelen a perder el control. No podemos evitar las situaciones… perder el control si que es evitable. hay personas que nos llevan a nuestros limites, personas que nos obsequian con los peores y más denigrantes comportamientos. Si perdemos el control… de momento nos han vencido. Afortunadamente aunque sucumbamos( somos humanos) …podemos reaccionar en más o menos tiempo. El daño que nos habremos y habremos causado sera proporcional al tiempo que nos dure nuestra ceguera y a la intensidad de nuestras emociones.
Podemos reclamar justicia, es más, por el respeto que todos nos debemos hemos de hacerlo. Lo que no es aconsejable es sucumbir a la rabia, el rencor y la impotencia. Cuando una situación o persona sobrepase nuestra capacidad de superar el daño que nos causa,quizás no tendremos más remedio que soportar este mal…pero podemos evitar que además nos dañen el alma. Pueden doblegar nuestro cuerpo, forzarnos a soportar vejaciones…pero no pueden forzarnos a perder nuestra dignidad, nuestra auto estima, nuestro respeto… eso solo puede lograrse si nosotros lo aceptamos.
Quienes actúan mal, aunque en un principio parezcan los vencedores… en realidad son los perdedores. Sólo una persona muy débil de espíritu y muy herida es capaz de dañar a otras personas de manera consciente y muchas veces disfrutando de ello. Si sucumbimos a sus ataques, algunas veces nos convertimos en personas tan indeseables como las que nos han impelido a ello…o quizás no podremos con ellos y entonces nos castigaremos auto despreciándonos y viviendo en un continuo infierno de rabia rencor e impotencia.
El cuerpo es perecedero, la mente es perecedera…. el alma o espíritu es imperecedero. Lograr el propio respeto es un logro que nos cuesta muchas vidas, la vida nos coloca delante de situaciones limite para que manifestemos nuestra esencia…si aun no hemos asimilado el auto respeto sucumbiremos, que no es ni más ni menos que una etapa de nuestro aprendizaje. El respeto, el amor y la auto estima propios y ajenos son nuestros objetivos vitales… cuanto más nos acercamos a su comprensión más felices nos sentimos. El dolor y la felicidad, como en el juego de caliente y frió, nos indican el camino.
mariangels esteve daranas