Hoy es un día de aquellos que me he levantado y me he dicho
-Te has apalancado, ya esta bien, es hora de ponerse las pilas …otra vez.
Es curioso porque precisamente hasta hoy…mejor dicho ayer por la noche, yo estaba muy feliz conmigo misma
– Mira que bien te montas la vida, has llegado a un punto de serenidad, tu corazón está vació de rencores, has hecho las paces con el mundo. Vamos, como se dice «feliz como una perdiz»
Pues va ha ser que no. Estaba leyendo un librito, muy corto él, que ya había releído unas cuantas veces… y comenzaron a aflorar en mi mente situaciones del pasado donde el amor no brillo precisamente, fue ignorancia pura y dura.
El libro en cuestión narra la historia de un alma que regresa a la tierra para pasar el verano con su alma gemela, porque hace tiempo que no se reencarnan juntos y » arriba» le han dejado hacerlo. El hombre, le explica a una niña que venimos a aquí o bien para aprender a amar o bien para ayudar a otros a amar.
Y claro, afloraron los recuerdos del pasado. Se me mostró clara y diafanamente que yo pertenezco, sin lugar a dudas, al primer grupo.
Una vez superado el estupor, decidí que era hora de manifestar lo que comprendi. Con lo que aprendí ayer por la noche tengo material para trabajar. Las cosas, una vez entendidas, hay que asimilarlas y actuar en consecuencia.
Después de reconocer situaciones, en las que han podido más mis antipatías personales o mis egoísmos que la generosidad y el respeto, es la hora de ponerme en marcha… otra vez.
Te propongo un juego. Te aseguro que el librito en cuestión es una bomba emocional. Es un librito que a pesar de su crudeza te deja un muy buen sabor de espíritu. ¿Que tal si te lo regalo? ¿Qué tal si después de leerlo lo comentamos? Siempre se ha dicho que ven más muchos pares de ojos que un par sólo.
Mándame tu correo electrónico y yo te hago llegar mi tsunami particular.
Además, con este juego, lograremos contactar personas anónimas que…vete a saber lo alejadas o cercanas que estamos geográficamente.
Me ayudarás, si aceptas, a poder dar. Te estaré agradecida, pues no se puede disfrutar del placer de dar si no hay nadie dispuesto a recibir. Sea este momento el inició de una larga amistad o la continuación de nuestro contacto anónimo te deseo un feliz y provechoso día amig@