Hay muchas lecciones que aprender sobre el amor que necesitan de muchísimas vidas para llevarse a cabo. Nuestro mayor reto es continuar aprendiendo, comprender nuestro pasado y superarnos. No juzguemos a los demás por las circunstancias que les rodean, pues no tenemos forma de saber las razones por las que eligieron recibir estas lecciones…. o por las que decidieron ayudarnos a que nosotros aprendiésemos desde ellas.
Si bien no es posible verlo con los ojos, ni necesariamente comprenderlo con la mente, cada vida humana evoluciona según un plan perfecto que esa persona ha creado. La reencarnación juega un importante papel en este plan perfecto. Cada persona está sólo limitada por ella misma. Cada persona tiene la llave que habré los grilletes que la esclavizan.
El porqué es así no lo sabemos…. pero sabemos que es así 🙂 En las religiones y filosofías se nos reconoce… o insinúa la reencarnación. Necesitamos de muchas vivencias para ir avanzando… una vida no da para tanto.
Necesitamos vivir la misma situación desde todos los puntos de vista para acabar comprendiendo el mensaje. Un hijo solo comprende lo que es ser padre cuando el es padre… y aun así dependerá de muchos factores el ejercer esta función. Un hijo vivirá la experiencia con su padre… y vivirá la experiencia de otros padres y otros hijos.
Solo comprendemos los efectos de nuestras decisiones cuando en carne propia o en la de nuestros seres queridos las padecemos. Una persona infiel por naturaleza no ha aprendido a respetar a las personas a las que engaña…. solo si esa persona recibe el mismo trato o alguien muy cercano sufre por las infidelidades comprende el dolor que causa.
Sea cual sea nuestra actuación está siempre refleja el grado de amor que poseemos, aprender a amar implica amarnos y amar. Para poder aprender a amar se necesitan personas y circunstancias que nos permitan hacerlo, por ello se dice que quienes nos hacen daño son grandes maestros. Amar cuando todo es perfecto es muy fácil, amar en las dificultades ya es otro cantar.
Lujuria, avaricia, gula, envidia, pereza, ira y soberbia son solo manifestaciones de poco amor hacia nosotros mismos ….de miedo. Solo viviendolos y padeciendolo acabamos comprendiendo lo auto destructivos que son.
Mientras los vivimos anulamos a nuestro espíritu para potenciar nuestro cuerpo…. y al potenciar nuestro cuerpo , que es el recipiente que nos permite manifestarnos, nos convertimos en maquinas ciegas, incapaces de comprender el daño que nos causamos. Solo poco a poco va entrando en nuestra mente el conocimiento de que esto no nos llena,… porque hasta en la persona más embrutecida persiste el recuerdo de su esencia.
Es así como vida a vida vamos viviendo diferentes situaciones y aprendiendo de ellas. La muerte tal como la entendemos ocurre cuando ya hemos recorrido el tramo que teníamos que vivir y sencillamente nos trasladamos al siguiente tramo que necesita de otro vehículo.
El cuerpo se descompone en sus elementos primeros y así en un ciclo sin fin pueden volver ha ser aprovechados.
La vida es una impresionante, grandiosa y maravillosa danza donde todos bailamos al mismo compás….nada sobra, nada falta/nadie sobra, nadie falta.
Ha mayor conocimiento mayor amor. Cuando aprendemos a amarnos a nosotros mismos es imposible que no amemos a todos y toda la creación. Quien diseño este proyecto llamado Vida se aseguro de que tuviésemos todas las oportunidades que necesitemos para cumplir nuestra misión. Nadie se queda por el camino, nadie tiene privilegios.
Ir despejando la niebla de nuestra inconsciencia es un viaje alucinante y maravilloso.