Hoy voy a morir…¿Y?
¿Estamos preparados para morir?
La respuesta para muchos es NO.
Y sin embargo todos vamos a morir… y se nos coacciona y aterroriza con adelantar nuestra muerte… o la de un ser querido.
Y nos desespera la posibilidad de que sea pronto por algún cataclismo o enfermedad.
Cuando alguien acepta que puede morir en cualquier momento…deja de ser vulnerable.
Ya no valen las amenazas. El tirano de turno deja de tener esclavos a los que coaccionar… y si el tirano somos nosotros mismos por nuestros miedos… sencillamente desaparece y nos convertimos en personas libres.
Durante muchos años, como muchísimas personas en este planeta, vivi con el miedo a la muerte. Sabía que era inevitable… pero cuanto más lejos mejor. Es más… mejor pensar poco en ello.
Tuve que soportar varias operaciones… lo pasaba muy mal. Temía no despertar de la operación…o que no pudieran curarme. Temía el dolor… y temía dejar de ser yo.
Hasta que un dia… no hace mucho tiempo… me di cuenta de que ya no temía a la muerte.
Tenía que afrontar otra operación… y me di cuenta de que si no salía de ella no me importaba.
Me quedé estupefacta.
No tenía miedo.
¿Tenía que ser ahora? bueno, pues que se le va ha hacer, será ahora.
Mis cosas estaban en orden, no dejaba cuestiones pendientes.
Intente encontrar algo que lamentas no haber hecho… y no lo encontre. Me di cuenta que las cosas que no he hecho… han sido porque elegi no hacerlas. No lamente no haber practicado deportes de riesgo…por ejemplo. No lamente que esto o aquello hubiesen salido de manera diferente… porque con el paso del tiempo ya aprendi que solo se lo que he vivido… lo demás es pura especulación.
Intente encontrar un motivo para seguir un tiempo más… y aquí sí que me dije que no me importaría alargar mi permanencia.
Me di cuenta de que era muy afortunada… y disfrutar más tiempo de mi fortuna me gustaba. No estaba cansada de vivir… al contrario, tenía muchos motivos para continuar viviendo.
No tenía carencias materiales, vivía rodeada de personas que me aman, me ilusionaba con muchas cosas…
En mi vida habían ocurrido muchas cosas, algunas buenas y otras no tanto. Pero de todas ellas había aprendido. A algunas a las que antes no daba nada de importancia… ahora eran muy importantes. Y algunas a las que di mucha importancia… ahora me parecían completamente banales. Estaba satisfecha con todo lo vivido…y con lo no vivido.
Me di cuenta… y solté una gran carcajada… que todo por lo que había sufrido, era por el modo en que me había tomado las cosas. Fui yo aceptando o no aceptando una determinada situación la que se provocó bastantes grandes sufrimientos… por no decir todos.
¿Y si me moría en esta operación? pues no lo sabía… pero iría en paz a ella. Ya no temía dejar de ser yo. Ya había comprendido que lo único que se deja es el cuerpo …o vehiculo…con el que me muevo por aqui.
No comente a nadie este descubrimiento… pero si que fue notado.
Quienes me aman se extrañaron de que no tuviese miedo.
No comente el porqué… sentía su alivio ante mi tranquilidad… y era eso lo único que me importaba. A mis allegados les tranquilizaba que yo no sufriera…y a mi me tranquilizaba que no sufrieran ellos por mi.
Me asegure de que todas las personas a las que amo lo supieran… y me sigo asegurando.
Mis cosas continúan en orden e intento no tener muchos frentes abiertos.
La sensación de paz, plenitud y agradecimiento de aquel instante fue grande… y se acabó el miedo.
Ahora vivo mucho más intensamente mis días, no porque haya cambiado mi manera de vivirlos… sino porque los saboreo.
Cualquier momento puede ser el último… y un dia lo sera.
No me aferro a la vida ¡la disfruto! me siento libre, serena y agradecida.
Supongo que este estado puede alcanzarlo cualquiera… pero creo que es mucho más probable si se tienen creencias espirituales.
Ahora ya se que no me muero… solo ha llegado el momento de volver a casa 😉