Antes pedía… ahora ya no puedo.
¿Qué voy a pedir si ya se que lo que es lo que ha de haber?… ¿y como conformarme con la realidad que vivo dia a dia con tanta desigualdad, dolor, intolerancia…?
Un buen dilema. Mi mente no para de pensar el porque vivimos lo que vivimos. Yo soy una de los pocos afortunados del planeta…tengo techo, tengo comida, tengo ciertos conocimientos, tengo libertad, tengo salud, tengo muchas comodidades, tengo el amor de muchas personas,… ¿porque no todos pueden gozar de lo mismo?
Me duele el dolor ajeno que conozco… y aun mas me duele el de los que desconozco. Deben sentirse muy desamparados… que no importan a nadie… muchos millones de infelices que viven su sufrimiento en total anonimato. Quisiera llegar hasta ellos para decirles que aunque quizás no pueda ayudarlos ¡si que me importan! que su dolor es un fracaso de toda la sociedad.
Me gustaría al menos abrazarlos y consolarlos… en medio del desespero una mano… un abrazo amigo ayudan, vaya si ayudan. dan calor al corazón.
Y no solo me duelen las personas que sufren… me duele el dolor que provocamos en los animales y en el planeta. Somos unos seres crueles. No respetamos la vida, nos creemos los reyes de la creación. Esto solo demuestra nuestro grado de ignorancia… la base de todos los males que padecemos.
Y entonces pienso que esta realidad es un reflejo de nuestro grado de evolución, que todo forma parte de una gran obra y que somos solo una parte del proyecto. Que mi ignorancia no me deja comprender el proceso, que lo vivo desde mi perspectiva y que nunca lo creado puede comprender al creador.
Que para crear una maravillosa pieza de porcelana el proceso pasa por temperaturas muy altas en los hornos. Y entonces no pido… pero expreso mi ferviente deseo de poder vivir en esta vida…y cuanto antes mejor… la manifestación del amor en todo su esplendor en todos y entre todos… comenzando por mi misma.
Algunas veces, mientras estoy canalizando energía con Reiki, he «volado» hacia un lugar que no se puede describir con palabras… no lo veo…solo lo siento en mi interior… y creo que aquello es el cielo.
Me reconforta mucho saber que ese lugar existe y que es nuestro destino.