Siempre nos decimos que nosotros solos no podemos con la crueldad, la miseria o la ignorancia, que solo somos un grano de arena en la inmensidad de la raza humana.
Y por ello muchas veces nos resignamos y nos unimos a la mayoría, o nos lamentamos y nos convertimos en meros espectadores de los dramas diarios.
En el conocimiento de la metafísica una de sus verdades es que si cambiamos nosotros….todo cambia. Es una gran verdad que nos permite filosofar y sentirnos personas «sabias» pero es solo una ilusión si no la comprendemos en toda su grandeza. Cuando alguien la comprende…es porque la ha experimentado.
No se nos pide que lo dejemos todo y nos vayamos a cualquier país con hambrunas o guerras para dedicar nuestras vidas a estas personas mas desfavorecidas.
No se nos pide que demos todas nuestras posesiones para ayudar a los que pasan necesidades.
No se nos pide que nos pasemos el dia enseñando las verdades a los que las ignoran.
No se nos pide que en harás de la humildad nos pasemos el dia perdonando la ignorancia ajena.
De hecho no se nos pide nada.
No tenemos que esforzarnos en ser lo que somos… porque lo somos. Otra cosa es lo que creemos que somos.
Para saber quienes somos…en que grado de evolución nos encontramos…basta con que nos paremos a analizar que intención hay detrás de cada uno de nuestros pensamientos, palabras y acciones. No se trata de justificarnos o condenarnos, se trata de conocernos. Cuando nos conocemos, cuando tomamos conciencia de quienes somos… crecemos. Crecemos porque comprendemos. Cuando llega la comprensión cambiamos sin esfuerzo.
No es lo que hacemos sino la intención que nos mueve ha hacerlo lo que cuenta.
No se trata de dejar de ser esto o aquello…. solo se trata de reconocer en que punto estamos.
El conocimiento lleva a la sabiduría.
Una persona sabia se respeta…y si se respeta no emite ni pensamientos ni palabras ni obras que en algún modo le resulten indignos. Su vida es un ejemplo de coherencia y bondad. No perdona…porque ya ha comprendido que de hecho no hay nada que perdonar.
Su sentimiento primario siempre es de amor… por eso es solidario,paciente, amable, trabajador… y no se ocupa en juzgar a los demás hombres. Lo hace porque así lo siente…no se esfuerza en ser como es…sencillamente es.
Sus ojos contemplan una realidad «maravillosa» aún rodeado del mas grande dolor o miseria.
El dicho de «piensa el ladrón que todos son de su misma condición» significa que tal como somos vemos el mundo. Una persona llena de amor por fuerza a de ver amor donde los demás somos incapaces de verlo… y como lo ve y actúa consecuentemente… de alguna manera los que le rodeamos aprendemos de su sabiduría.
El cambio que deseamos solo ocurrirá cuando nosotros lo manifestemos.