¿A quién queremos?
Ya de niños, nos preguntan: ¿Quieres a papá? ¿Quieres a la tía? ¿Quieres a tu profesor?
Nadie nos pregunta: ¿Tú te quieres a ti mismo?
Y terminamos gastando gran parte de nuestra vida y de nuestra energía en intentar agradar a los demás. Pero, ¿y qué hay de nosotros? El jesuita Anthony Mello cuenta una genial historia sobre este asunto:
Una mujer y su hijo se encuentran en una cafetería. Tras escuchar el pedido de la madre, la camarera se dirige al niño:
-¿Y tú qué vas a querer?
-Un perrito caliente.
-De eso nada – salta la madre – Lo que él quiere es un filete de ternera con guarnición de verduras.
La camarera, ignorando el comentario, le pregunta al chico:
-¿Lo quieres con mostaza o con kétchup?
-Con los dos – responde el chico.
Y a continuación se vuelve hacia la madre, todo sorprendido:
-¡Mamá! ¡ELLA CREE QUE SOY DE VERDAD!
¿Cuantas veces creyendo que estamos cuidando de nuestros hijos, lo que les inculcamos es que ellos no cuentan ?