El tiempo tiene diferentes medidas.
Una de ellas es la eternidad o el infinito.
En los textos metafísicos se habla del tiempo como una ilusión de esta realidad.
Si una vez dejado el cuerpo, el tiempo como tal ya no existe… tampoco el concepto de eternidad e infinito.
Ahora nuestra mente razona sobre unos parámetros en los cuales está inmersa. La mente, al igual que el cuerpo son efímeros. Al morir las leyes por las que se regían, también.
Somos energía… todo es energia, que ni se crea ni se destruye y solo se transforma. El tiempo es absurdo, no tiene ninguna utilidad.
Sabemos que existe aquí el tiempo lineal y el tiempo emocional. El uno es inmutable en su duración, el otro es completamente subjetivo… y los dos los vivimos como reales.
Nos esforzamos en comprender conceptos que nos sobrepasan y que solo son válidos en este momento.
La vida en su totalidad nos es incognoscible ahora.
Solo queda vivir, y esto lo hacemos todos nos sintamos como nos sintamos.
Ahora estamos experimentando emociones y sentimientos, la percepción del tiempo, del dolor y de la felicidad… a saber que experiencias nos aguardan.
Técnicamente hablamos del eterno presente… pero comprenderlo y vivirlo nos sobrepasa.
El mar se manifiesta en olas, que pueden calificarse como entidades diferenciadas de una cierta duración.
Al desvanecerse la ola el tiempo deja de existir para ella. Para el mar nunca existió el tiempo que si vivió la ola.
El mar guarda lo que: todas las olas experimentaron, experimentan, experimentaran y no llegaran a experimentar… la ola puede que ya no se esté manifestando físicamente… pero no por ello su esencia desaparece.
Mi conciencia limitada, mientras no se fusione con la conciencia incognoscible… cuando deje atrás cuerpo y mente, experimentará otras realidades que sumará a las ya experimentadas, regidas por otras leyes.
Y cuando se fusione, dejará de recordar solo lo experimentado a nivel individual para ser plenamente consciente del todo.
El eterno presente no tiene tiempo… y sin embargo es lo único real.
El termino infinito, que nos viene grande cuando intentamos comprenderlo… es solo una apreciación temporal, quizá en ello radica nuestra incapacidad de captarlo. Intentamos definir lo indefinible desde nuestra limitada percepción.
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