Piense en todas aquellas cosas, que por experiencias en intentos pasados, le pueden provocar distracción (Teléfono, medios de comunicación,gente, obligaciones…) Usted se había hecho una determinación pero… estos elementos le distrajeron de su objetivo inicial.
Algunos recomiendan marchar del hogar por un tiempo, así dejamos atrás los problemas cotidianos. Siempre es bueno poder hacerlo…pero no necesario.
Podemos tener una familia que cuidar, un trabajo del que no podemos prescindir o simplemente no nos apetece. Para adentrarse en el despertar de la conciencia , para mi, lo más adecuado es adecuarse a las necesidades de cada uno. Es mucho más fácil ser un santón en un refugio eremita o en un monasterio que rodeado de nuestro día a dia ¿Somos mejores porque estamos en estos lugares? NO. Lo que hemos hecho es limitar mucho nuestras tentaciones.
¿Que ocurrirá cuando regresemos? ¿Lograremos mantener nuestra serenidad o nos arrastrara el bullicio? Lo más probable es lo segundo.
El despertar no es un proceso que se busque, sencillamente sucede. Es una necesidad interior de pasar más momentos al día tranquilos buscando respuestas en nuestro interior…y eso lo podemos hacer en cualquier lugar. Buscamos espacios tranquilos y dejamos fuera las distracciones…pero pueden bastar quince minutos al día.
Claro que es bueno leer libros que nos ayuden a comprender lo que sentimos, claro que es bueno reunirnos con personas afines, claro que es bueno practicar asiduamente lo que vamos comprendiendo, claro que es bueno aprender diferentes técnicas que nos parezcan buenas… pero eso lo podemos hacer en el monasterio más remoto o en nuestra propia casa. Cuando despertamos…sencillamente cambiamos nuestras prioridades, no por obligación sino por pura satisfacción. Eliminamos distracciones…porque ya no nos distraen.
Mientras tengamos que esforzarnos para encontrar la serenidad… evidenciamos que aún no la hemos asimilado. Se puede estar sereno en medio del bullicio y se puede estar lleno de ansiedad en el último rincón aislado del planeta.
Busca la belleza que te rodea bien en tu casa, ciudad o en la naturaleza. Suele ser un buen bálsamo para aquietar el espíritu y desde este estado ser mucho más conscientes. Una simple vela encendida puede proporcionarte un ambiente relajado…el olor de incienso o algún aceite esencial, música… silencio, contemplar a tu familia y tomar conciencia de cuanto les amas y de sus virtudes, sentarte en un parque y ver pasar a las personas viéndolas bajo un prisma de amor…oír la risa de los niños…. vestirte con prendas que te hagan sentir comod@ y bell@…todo esto son masajes revitalizantes para tu alma y están a tu alcance en cualquier lugar.
Las distracciones nos indican que estamos en ello…pero aun no lo hemos alcanzado 🙂