«la felicidad» permanente en nuestras vidas es una pura falacia

Se nos dice que si queremos eliminar el dolor de nuestras vidas tenemos que lograr eliminar las espectativas. Es cierto.Y cuando hemos logrado entender la gran verdad genérica que hay en esta afirmación y estamos medianamente equilibrados  ¡lo logramos!

Pero….. lastima del pero…… hay momentos y momentos.

Creo que el instaurar «la felicidad» permanente en nuestras vidas es una pura falacia.

Podemos decirnos una y mil veces que lo que ocurre es siempre la mejor opción puesto que es la que se ha materializado, podemos acallar nuestra mente cuando desea fervientemente un resultado concreto diciendonos que aceptamos lo que venga…..y lo hacemos con pleno convencimiento de que es el único camino para dejar atrás el sufrimiento…..lo que no podemos es erradicar el dolor por más que lo silenciemos, maquillemos o neguemos. Siempre esta en algún lugar muy profundo negandonos la plena felicidad.

La felicidad siendo un estado y no una situación, no se muestra continuamente en nuestra vida por más que nos esforcemos.  Por más evolucionados, creyentes o lo que sea que seamos viviremos diferentes estados anímicos. Iluminados hay….. pero pocos…..muy pocos. Y creo que aun en su iluminación sufren por el dolor  propio y/o ajeno.

Creo que más que buscar la felicidad hay que lograr la aceptación de todos los estados emocionales. Es duro. Es más llevadero si logramos entender el porque de esa vivencia.
Para entenderla primero hemos de pasar por la etapa de la búsqueda….y la etapa de la búsqueda es siempre mas dolorosa que la etapa de la comprensión.
Por tanto para lograr la paz del espíritu en un momento determinado primero hemos de pasar por el infierno de la búsqueda y por el purgatorio de la comprensión para lograr saborear el cielo de la paz…..y no hay atajos ni limite de tiempo.

Cuando logramos superar un episodio de nuestras vidas, no me refiero a aguantarlo o capearlo como buenamente podamos….. sino a vivirlo, sufrirlo,  meditarlo, comprenderlo, asimilarlo y  luego trascenderlo ¡nuestro nivel energético esta alto y nos sentimos orgullosos de nuestro avance!……este estadio amig@ siempre es temporal.

Al haber logrado trascendernos (superarnos a nosotros mismos) estamos en un nuevo estadio del conocimiento…..y en este estadio evidentemente tenemos una visión mas amplia de nosotros mismos y somos capaces de ver….o mejor intuir otro tramo del camino  y vuelta a comenzar.
Decir que a mayor evolución más facilidad …..es engañarse a uno mismo…..y pronto descubrimos que si bien quizás las pruebas son menos duras a nivel mental…..son mas duras a nivel espiritual.
Que si bien quizás tenemos mas elementos para lograr la comprensión y la aceptación….. se nos pondrá a prueba mucho mas duramente a nivel espiritual…..al fin y al cabo cada reto es proporcional al nivel del conocimiento.
No se nos pide que superemos el reto ….se nos pide que lo bordemos, que olvidemos los parámetros por los que nos regíamos en otros anteriores estadios y manifestemos nuestro nuevo nivel de comprensión.Muchas veces lo que era un sobresaliente en un estadio es un suspenso en el siguiente.
Que lo vivamos con más o menos alegria, no nos exime de vivir todos sus tramos.
De hecho cada nuevo reto es un nacimiento, crecimiento, madurez….y muerte del ser que eramos en un estadio…… para nacer en el siguiente.
Podemos avanzar o retroceder segun las elecciones, no siempre avanzamos hacia adelante….mas bien muchas veces nos comportamos como los cangrejos, logramos avanzar pero retrocediendo.

Durante muchos estadios de nuestras vidas hemos ido realizando el proceso de manera completamente inconsciente…..hasta llegar a un estadio en el que comprendemos y aceptamos mientras nos dolemos y nos superamos.
Acotar nuestra vida desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte en este mundo físico….es sencillamente ponerle nombre a este tramo. Fuimos, somos y seremos un continuo nacer, crecer, madurar y morir.
La energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma….y cerrar nuestra mente a esta realidad es una opción de comprensión no de realización.