Nos cuesta tomar conciencia de nuestra grandeza….y de todo lo que nos rodea.
Vivimos creyendo que somos conscientes de la realidad…y se nos escapa.
Cuando quiero centrarme, cuando me encuentro perdida… cuando lo que creo la realidad me abruma, tomo conciencia de que estoy pisando un pedazo de tierra que se asienta en uno de los continentes…que están flotando sobre un mar de magma. Que todo esto esta contenido en un pequeño planeta que necesita de un sol para albergar mi forma de vida…y que el sol que me da a mi la vida es una pequeña estrella de los extrarradios de mi constelación…y que hay muchas constelaciones. Y siendo yo tan insignificante he nacido…que ese es otro milagro de la ciencia y tengo la suficiente conciencia para ser consciente de ello.
A estas alturas de mi disertación conmigo misma ya no me siento perdida…..eso si ,sigo abrumada… pero por la magnificencia de «la realidad» con la que convivo. En este imponente escenario en el que vivimos es absurdo pensar que el guionista cometió un error al colocarme a mi en el escenario.
Muchas veces no soy consciente de quien soy ni de a donde voy…. pero cuando tomo conciencia, me doy cuenta de que soy… y que donde estoy es justo el lugar en el que he de estar…. lo único que cabe pues es enfrentar lo que tengo delante. Siempre somos la mejor versión de nosotros mismos dados nuestros sentimientos y circunstancias. Mejorables ¡por supuesto! irrepetibles y maravillosos ¡también!