Nacemos con fecha de caducidad.
Venimos de y vamos a… Como todo.
Nada se pierde… solo se reconvierte. El Todo no puede dejar de serlo.
La Vida es un continuo, que no tuvo principio… aunque no logremos comprenderlo.
Algo o alguien… fue el origen. No fue creado por un anterior algo o alguien, porque el origen no tenia quien o que lo crease. Por tanto, según nuestra concepción, es eterno.
Emilio Carrillo, en una de sus conferencias nos pone un ejemplo muy gráfico.
Todos sabemos que la luz blanca, al pasar por un prisma, se descompone en 7 colores. Que quizás sean más, estos son los que somos capaces de percibir con nuestros ojos.
Propuso construir mentalmente una pared que separara la sala de conferencias en dos mitades.
En el centro de esta pared colocaba un prisma. Una mitad de la sala vería un lado del prisma y la otra mitad el otro.
Imaginemos que proyectamos luz sobre una de las mitades… Evidentemente, una luz blanca proyectada sobre el prisma, es lo que vería una mitad de la sala… En el otro lado, la misma luz se vería descompuesta en 7 colores diferenciados claramente.
La misma luz… la unidad… también era la manifestación en los 7 colores.
No importa el prisma, pues solo es un medio.
Importa la luz… La Vida que se manifiesta, sin perder su esencia.
Todo lo que percibimos son manifestaciones de esta única luz, vibrando a diferentes frecuencias… Incluso nosotros, claro.
Somos la unidad contemplándose.
Como una infinitesimal manifestación de frecuencia de esta unidad… resulta que hemos olvidado que no somos la manifestación visual sino la unidad, la totalidad, manifestándose en todo.
El porque la luz se manifiesta y el porque olvidamos nuestra esencia se me escapa.
El porque nos torturamos y matamos, también se me escapa. Es absurdo que la unidad pretenda pelearse o auto destruirse, con ella misma.
Desde nuestro nivel de conciencia, visto nuestro comportamiento es muy muy bajo… Encontramos coherente hacerlo… Y nos auto justificamos.
Da igual si es una célula, una roca, un gato, una persona… O una silla, el viento, el planeta entero o todo el universo… Somos la misma única luz manifestándose. El ego particular de cada uno, se rebela ante el concepto.
Se me escapan los porqué… Pero no me queda más remedio que aceptarlo.
Las religiones, las diferentes disciplinas científicas y el razonamiento de que de la nada nada puede ser creado, no me dejan opció me queda otra conclusión que aceptar que hay un porqué de todo y que lo ignoro.
No es esperanza, pues la esperanza es un deseo.
Siempre, siguiendo con el ejemplo del prisma, colocamos nuestro punto de atención en la luz y su viaje hacia su manifestación. Pero no es unidireccional este recorrido. De hecho le hemos puesto nombre al recorrido a la inversa, le llamamos iluminación.
El porque muy pocos la alcanzan… También se me escapa, pues esta al alcance de todos… al ser todos la misma luz. Nos es difícil superar el concepto de ego individualizado.
Nos decimos que estamos en el proceso… Esto, los que aceptamos la idea de la unidad… El resto creen que esta Dios y luego ellos… sus súbditos, a merced de sus estados anímicos… pero completamente diferenciados… O los que ni creen en un origen… Estan aquí y ahora por una suerte de combinaciones que se iniciaron vete a saber donde y porqué…y se extinguirán en el transcurso de un cierto periodo de tiempo.
Nos diferenciamos y diferenciamos lo que nos rodea, según la decodificación de cada frecuencia que percibimos… Y hemos decidido darles diferentes niveles de conciencia, incluso negarla…siendo nosotros la conciencia más elevada. Como lo de la diferenciación lo llevamos a todos los estratos, entre nosotros también nos otorgamos diferentes niveles…. Cada uno según su percepción, por más que, por aclararnos un poco, busquemos consensos de niveles…más o menos aceptados. Somos incapaces de asumir que, tanto las diferentes frecuencias que captamos… como los diferentes decodificadores que las decodifican, acabamos siendo solo Uno. Sencillamente esto nos supera.
Desde mi nivel de conciencia, lo más elevado que logro percibir… lo más cercano al concepto de la unidad, es el amor.
Cuanto más puro el sentimiento más se diluyen mis limites… siendo físicamente un punto perfectamente definido y concretado en el espacio… El amor, mas que expandirme, me situa en otra realidad donde el espacio y el tiempo no existen.
Para mi, el concepto de Dios, luz, energia… O como se le quiera llamar a la unidad que remotamente intuimos que somos, pero que no recordamos, es el amor en estado puro…. Y aún así, siendo algo inmenso… Intuyo que estoy muy lejos del concepto. Comprender desde una mente perecedera la realidad imperecedera me supera.
Pretender prolongar la vida, pretender imponer ideas, pretender acaparar poder o no reconocernos todos y todo como la unidad manifestándose, es posible. Lo hacemos.
Por fortuna la quimera es efímera, en todo momento venimos de y vamos a.
En el camino, nada es permanente salvo que todo cambia.
Yo soy y ahora estoy… No recuerdo porque, en un determinado momento de mi manifestación.
La ola no toma conciencia de que es el mar… Hasta que se desvanece en la orilla… Pero es posible, también, sentirse ola y saberse el mar. La dicha suprema.
No hay luchas cainitas, no hay miedos, no se buscan reconocimientos… Lo más parecido que se me ocurre es la dicha, la plenitud, el gozo que sentimos cuando logramos plasmar lo que sentimos. La plena libertad de manifestarnos y gozarnos con ello.
Es arte… musica, poesia, puro sentimiento.
Por más alejado que te sientas del concepto, por más que no puedas creerlo, por más que te invadan: la soledad, el dolor, el miedo, la ira, el rencor o el desespero… Eres la Vida, la luz, el Eterno, el Amor pleno.
Por largo que se te haga el tiempo…la quimera… el olvido… es efímero, al nacer ya lleva impreso su termino.
Mientras tanto… Paciencia, estamos en ello.