Si amar nos hace felices…¿Porqué no amamos mas?
Si no lo hacemos, alguna poderosa razón debe de haber para ello. Todos nos pasamos la vida intentando ser felices.
¿Qué puede ser esta poderosa razón que solo una minoría afortunada logra superar y se sienten plenamente felices?
La respuesta me la dio hace algunos años un buen amigo mio.
Un dia estaba yo lamentándome de que no me sentía bien animicamente… de que estaba baja de moral… de que todo me salia mal…de que me sentía infeliz ¡Su respuesta a mis lamentos fue que dejara de auto engañarme!
Sus palabras tuvieron el don de asombrarme, indignarme e intrigarme…¿Qué yo me estaba auto engañando? ¿Como?
Me dijo que era imposible que yo no me sintiera más que plenamente feliz… porque dado mi estado de animo y mis vivencias estaba lo mejor que se podía estar en esa concreta circunstancia. ¿Qué había días en los que mi percepción de felicidad era mucho mayor? Evidentemente cierto. Bajo otro estado anímico y vivencias mi percepción era diferente. Pero que lo que importaba es que entendiese…que comprendiese…que siempre siempre siempre estaba yo al cien por cien de mi capacidad en este justo momento.
A lo largo de los años, cuando «mi percepción» de mi grado de felicidad es bajo, recuerdo sus palabras y me siento mejor.
También comprendí que todos buscamos lo que ya tenemos…. en cada momento todos somos plenamente felices según nuestra capacidad del momento. Para cambiar…NO AUMENTAR… nuestra percepción de felicidad, basta con cambiar nuestro estado anímico. Este es el gran secreto de la minoría de afortunados. Claro que tienen dificultades, claro que tienen momentos bajos….pero se enfocan en su visión positiva.
Comprender esto hace que veamos el mundo de manera positiva y no negativa… y si nos sentimos positivos las mismas circunstancias se viven de manera muy diferente que cuando las vivimos desde una visión negativa. Estamos mucho más tranquilos, serenos…y encontramos muchas respuestas que se nos escapan cuando estamos ofuscados lamentándonos de nuestras desdichas.No es lo que tenemos… es como nos sentimos con lo que tenemos lo que marca la diferencia.
Esta al alcance de todos …pero solo unos pocos lo alcanzan. Los que lo alcanzan han aprendido…y comprendido que la felicidad es una manifestación del amor propio. La felicidad que nos viene del amor ajeno es ficticia…y es la que la mayoría busca. Se sienten incapaces de amarse a si mismos…y se dedican a buscar en otros el amor que les falta.
Amar es manifestar… no recibir. Todos…por despiadadamente que nos juzguemos… podemos amarnos. No se trata de felicitarnos por nuestros errores…. se trata de aceptarlos. Ya es mucho haber comprendido en qué pudimos hacerlo mucho mejor….y caro que lo estamos pagando. Cuando comprendemos que todos formamos parte de la energía divina, comprendemos que si somos energía divina es solo nuestro grado de ignorancia el que nos limita. No somos perfectos…. estamos evolucionando. Aprender con nuestros errores es lo que se espera de nosotros.
Todos de pequeños jugamos al caliente y frió… bien, pues ¡oh sorpresa! toda nuestra vida es un continuo juego de caliente y frió. La felicidad o su ausencia nos marcan el camino. Donde nos sentimos mal…. es indicación de que no es ese el lugar y buscamos otro en el que nos sintamos mejor…y buscando buscando acabamos encontrando el amor.
Recuerda que nadie puede dar lo que no posee…. No podemos amar a los demás si no nos amamos a nosotros mismos. Todos somos amor… solo que algunos aun no se han dado cuenta.