—Te amo. —le dijo el Principito a la rosa.
—Te quiero demasiado. —le respondió ella.
Inmediatamente le contestó el Principito:
—Te quiero demasiado. —le respondió ella.
Inmediatamente le contestó el Principito:
—No es lo mismo, querer significa tomar como una pertenencia a los demás o a algo en particular. Es encontrar en los otros lo que llenaría mis expectativas de compañía y sentimiento de afecto. Si la otra persona no me da esperanza, sufro. Debemos entender que cada uno de nosotros es un Universo. En cambio si amo a alguien, no tengo expectativas ni espero algo a cambio.
Y siguió diciendo:
—Amar es desear lo mejor el uno al otro, incluso si esta persona tiene motivaciones muy diferentes a las mías. El amor es para permitir que el otro sea feliz, aun cuando su camino sea diferente al mío. Es un sentimiento desinteresado que nace para darse y tiene que ser completamente desde el corazón.
Sólo podemos amar lo que sabemos, porque el amor significa saltar en el vacío, y es un acto en donde nos entregamos por completo con nuestra vida y el alma. Y nada puede compensar un alma entregada.
Sólo podemos amar lo que sabemos, porque el amor significa saltar en el vacío, y es un acto en donde nos entregamos por completo con nuestra vida y el alma. Y nada puede compensar un alma entregada.
El amor es saber que no cambiará por ninguna razón lo que siento, ni el tiempo, las dificultades o mis propios tormentos pueden afectarlo.
Dar amor no agota el amor, muy al contrario, esto lo expande y aumenta ya que esa es su naturaleza. La única manera de devolver el amor, es abrir el corazón y dejarse amar.
—Ya entendí. —le respondió la rosa.
—El amor no se puede entender, se debe vivir. —dijo el principito.
—El amor no se puede entender, se debe vivir. —dijo el principito.
Fragmento del Principito Antoine de Saint-Exupéry