Un nuevo día es una nueva oportunidad.
Aprovecharla o que pase de largo, es una cuestión personal.
Un mundo mejor es posible… y peor también.
Solo por hoy:
Experimenta que ocurre al trata a los demás como querrías tú ser tratado. Aparca la ira, la apatía y los rencores. Esfuérzate en ser amable, respetuoso, empático y constructivo.
Al final del día valora: tu nivele de estres, de satisfacción, de alegria, de paz… y de ilusión y esperanza.
Y si al acabar el día, la experiencia ha sido positiva… repite mañana.
Caminante, si hay caminos.
Los trazaron los que te precedieron.
Ellos abrieron nuevas rutas… y te las ofrecieron.
Cuando te sientas perdido… síguelas.
Cuando te sientas fuerte… busca nuevos caminos o mejora los primeros… y contribuye a que otros caminantes se sientan menos cansados o perdidos.
No olvides dejar alguna señal… de como te fue, hasta ahora, por este camino. Las valoraciones pueden ayudar a los indecisos.
Tan importante son el camino… como si aceptas y en que medida la compañía… solo de ti depende como lo vives. No te lamentes si no se cumplen tus expectativas… la experiencia acumulada siempre te enriquece.
Todos los caminos y las nuevas rutas, nos conducen, siempre, al mismo lugar… a casa. Nadie se pierde, todos llegamos y disfrutamos del reencuentro.
Todos llegamos a casa. El tiempo, como nos sentimos y la experiencia acumulada, son los que marcan la diferencia.
No hay malos caminos ni malas rutas nuevas… recuerda, eres tú quien va eligiendo a que ritmo y en que dirección encaminas tus pasos…guiado por tus más o menos reales expectativas.
Te guían: las expectativas, los miedos, la prudencia, la experiencia y tu calidad humana.
Todo el trayecto es un sinfín de decisiones… todo el camino es un sinfín de escoger en cada encrucijada que rumbo tomas… y cuales abandonas. Recuerda, siempre llegas a casa, solo varian el tiempo y la experiencia y las vivencias acumuladas.
Presta atención a las señales… y luego libremente decide.
No hay malos caminos… solo diferentes experiencias y dificultades.