Hemos puesto tanto en valor la importancia de la autoestima, que hemos caído en la trampa del ego desmesurado.
Yo, yo, yo y primero yo.
Y no es eso.
Como dice el nuevo testamento
«ama a los demás como a ti mismo»
Este equilibrio es el que nos lleva, de verdad, a la propia autoestima.
Es evidente que nadie puede dar lo que no tiene… si lo intenta su conducta es fraudulenta. Y nada bueno podrá salir de esta conducta.
Es evidente que todos damos lo que tenemos… y lo que damos refleja nuestras grandezas y miserias. Si no te gustas, mejórate.. porque solo puedes auto engañarte y engañar un cierto tiempo… y el esfuerzo que conlleva es inmenso.
Ser empático es vital: nos humaniza, nos integra, relativiza nuestros dramas personales, nos fortalece y enriquece.
Lo contrario es ser egoísta… o lo qué es lo mismo, poseer un ego desmesurado.
El » amo a los demás menos o mas que a mi mismo»
Emocionalmente nos conduce al desastre.
Las dos actitudes denotan miedo e inseguridad. En el fondo sientes miedo e inseguridad… e intentas protegerte y negar y negarte esta evidencia.
Una persona que es fuerte no siente ninguna necesidad de pregonarlo, es absurdo.
Una persona fuerte no se siente amenazada, las demás personas no son sus enemigos o competidores.
Una persona que es fuerte, es amable y empática. Disfruta de si misma y de los demás.
Cuando nos relacionamos con los demás, aunque sea mentalmente, cuando no nos atrevemos a verbalizarlo… ¿los tratamos como deseamos ser nosotros tratados? ¿Nos tratamos a nosotros mismos como deseamos ser tratados?… porque normalmente quien no esta en armonía consigo misma, suele maltratarse y maltratar. Se esta auto castigando y no sabe como dejar de hacerlo.
El egocentrismo es la manifestación clara de nuestros miedos e inseguridades.
No es una utopía el pretender sentirnos bien con nosotros mismos, amarnos y aceptarnos. Es una necesidad vital.
El mundo es nuestro reflejo. Presta atención a lo que ves reflejado en él. Te indicará exactamente como tú eres y de lo que careces. Los cambios que estas dispuesto a acometer, solo funcionarán si los haces por convicción… no por interés.
A la vida no se le pueden hacer trampas.
Comprender es esencial, en todo.
La Vida es una escuela cuyo método de aprendizaje es la experimentación.
Lo que crees que son fracasos, solo son diferentes posibilidades, que te llevarán a comprender cual es la buena, la que en verdad te satisface.
Nos amamos justo en la misma medida en que amamos a los demás.
Aumentar nuestro grado de amor es directamente proporcional a disminuir nuestro grado de dolor.
La Vida, la experimentamos física y mentalmente… pero solo la podemos comprender emocionalmente.
No somos las olas… somos el mar, que mientras se deslizan, muchas no lo recuerdan.
Cuando estas olas se acercan a la orilla sufren por su final.
Cuando la ola recuerda que es el mar, disfruta de toda la experiencia.